Para un empresario, su empresa es mucho más que una simple organización con ánimo de lucro. Su empresa es el resultado de años o décadas de trabajo, es de lo que viven él y su familia, y es lo que le ha dado su nombre y reputación en el mercado.
No extraña, pues, que para un empresario sea tan difícil saber cuánto vale su empresa y tan complejo poner en números lo que abarca mucho más que la mera economía.
La «valoración objetiva» de una empresa independiente, es un proceso en el cual se determina un rango de valor que los propietarios solicitarían a potenciales inversores.